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"El gobernador [Roberto Sandoval] nos prometió que mientras él esté en funciones, no tendríamos que entregar un solo metro de tierra a los huicholes", asegura, con un dejo de súbita desesperanza, don Abel RomeroVilla, a la salida de la audiencia en la cual el magistrado del tribunal unitario agrario 56, Aldo Saúl Muñoz López, les acaba de avisar a él y su esposa, que deberán regresar el rancho de 184 hectáreas que han usufructrado por décadas en la familia.  Para leer este artículo sigue el enlace abajo...

El presente documento hace pública la opinión de los miembros de la Mesa Técnica Ambiental del Frente en Defensa de Wirikuta Tamatsima Wahaa y de un grupo de cientificos e investigadores asesores con gran trayectoria nacional e internacional, respecto a la posibilidad de que el lugar sagrado de Wirikuta sea declarada una Reserva Biósfera,publicado por el gobierno federal mexicano a través de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP),

Así lo denunciaron en entrevista con La Jornada representantes del pueblo wixárika, quienes preparan una serie de acciones para rechazar las actividades de la compañía minera. El pasado jueves ya realizaron una visita al Senado para externar su inconformidad.

Efren was one of eight Wixarika leaders chosen by their communities in the highlands of Jalisco, Durango and Nayarit to travel from their communities to this town in Mirando City, Texas. They were there to attend the International Convention of the Native American Church, a union of Native American peoples of North America dedicated to preserving the right to traditional use of the sacred peyote plant, or medicine as it is known.
Wirikuta es uno de los sitios sagrados naturales más importantes del pueblo indígena Wixarika (huichol), y del mundo. El pueblo Wixarika (huichol) habita en Jalisco, Nayarit y Durango, y es reconocido por haber conservado su identidad espiritual y continuar practicando su tradición cultural y religiosa desde hace más de miles de años. En Wirikuta se originó la Creación, y es el territorio a donde peregrinan las distintas comunidades del pueblo Wixarika, recreando el recorrido que hicieron sus antepasados espirituales. Allí se teje y se sostiene la esencia de la vida del planeta. En este desierto brota el peyote o jícuri, cactus que los wixaritari (huicholes) ingieren ritualmente para recibir el “don de ver”.
Al noroeste de México, en el estado de Jalisco, la comunidad wixárika de San Sebastián Teponahuaxtlán está poniendo el ejemplo de cómo se puede aprovechar el bosque en forma sostenible y detonar oportunidades de desarrollo para sus habitantes. En esta región de México se encuentran las mayores reservas forestales de Jalisco. Ahí, el gobierno estatal y la Comisión Nacional Forestal (Conafor) buscan impulsar proyectos que permitan seguir conservando esos bosques y, al mismo tiempo, dar alternativas productivas a las comunidades indígenas wixárikas y o´dam.

Mi nombre es Bianca América Enríquez López, soy de la localidad de Bajío del Tule, perteneciente a la comunidad de San Sebastián Teponahuaxtlan, del estado de Jalisco y soy una mujer orgullosamente indígena wixárika. Hace tres años me mudé a la ciudad de Guadalajara en busca de nuevas oportunidades y decidí estudiar la carrera de derecho. Durante mi formación, me topé con diversos obstáculos por ejemplo, muy pocas oportunidades para acceder al mercado laboral, y dificultades geográficas y económicas para moverme dentro de la ciudad.

Escuchemos a Universitarixs Wixáritari
Madres empujando cochecitos de bebé, abuelas y abuelos de 70 años e incluso un hombre en silla de ruedas se unieron a las filas de los 200 indígenas Wixáritari que están recorriendo casi 1,000 kilómetros a lo largo de las sofocantes carreteras de México en una larga batalla para recuperar sus tierras robadas. La Caravana Wixárika por la Dignidad y la Justicia partió de la Sierra Madre Occidental el 25 de abril y desde entonces ha estado caminando, acampando al costado de la carretera y levantándose de madrugada para continuar.
Tras cuatro años de lucha, la comunidad Wixárika de San Sebastián Teponahuaxtlán en Mezquitic Jalisco recibirá directamente los recursos federales para administrarlos sin intervención de funcionarios ni partidos políticos. Y lo harán con mujeres en la mesa bajo un acuerdo de paridad de género, una rareza entre los gobiernos indígenas y, de hecho, en los gobiernos en general.