Tatéi ‘Atsinari, Nuestra Madre es Como Atole Crudo, 1980

Tatei Atsinari ~ José Benítez Sánchez 1980


En el comienzo, cuando las criaturas se formaban, la vida era caótica hasta que aquellos quienes son como Nuestros Bisabuelos, Tatutsima, tomaron control al inmolarse para trascender sus vidas físicas. Cada uno de los Tatutsima se convirtió en un alma, kipiri, petrificados y sin piernas, ya que nunca habían caminado sobre la tierra. Los vemos como las ocho figuras en el anillo que rodea el centro. La figura en forma de serpiente de cascabel se llama Tatéi ‘Atsinari, Nuestra Madre que es como el Atole Crudo, que está conformada por todos los espíritus de Nuestros Antepasados inmolados, cuyas palabras son como puntos blancos y amarillos alrededor de su cola y reunidas en sus cascabeles que simbolizan las canastas o takuatsi de los chamanes quienes guardan las palabras sagradas y las almas y las lluvias del pasado. Su apariencia y su nombre también representan un cangrejo, ‘Ainama (la que es como cangrejo), con los ocho antepasados primordiales que sirven como sus apéndices cuando se sacrificaron y se transformaron en abuelos petrificados que circulan la serpiente. Cuando concentran la energía de sus corazones, las espumas del agua emergen, pero al principio del ciclo se lavan como Tatéi ‘Atsinari en el centro de la tierra. De esta manera forman el soporte de Nuestra Madre Tierra Fértil, o Nuestras Madres y Nuestros Hermanos Mayores quienes caminan en el último nivel del anillo, entre los cuatro puntos cardinales de la tierra en la que vivimos, Heriepa. 

Mientras que los ocho Tatutsima se reúnen en el anillo alrededor de la serpiente central, su humedad se deposita como kwiemuxari, la espuma del océano después de las lluvias (silueta blanca). La punta de su cola tiene once cascabeles que son los canastos de los chamanes y su cabeza tiene dos pares de astas para comunicar con ellos. Cinco flores amarillas simbolizan la consumación de la vida que emana de ella. Los Tatutsima labraron tepárite, esculturas de piedra, que son como picos invertidos y puertos de respiración para cubrir el espacio que rodea su hoyo. Generalmente no obtienen piernas para caminar la tierra una vez que esta esta formada. Permanecen los pilares de roca y raíces de este mundo, visibles entre sierras y cuchillas gruesas de maleza, wiwatsixa (puntos amarillos debajo del segundo anillo).

La mayoría de los ancestros fundamentales tienen un ‘irí, una flecha votiva que representa su poder para canalizar información, un nierika redondo, que simboliza percepción sobrenatural, y astas que simbolizan el poder de escuchar. Nuestros Antepasados Primordiales dentro del anillo que rodea Tatéi ‘Atsinari pueden ser clasificados de la siguiente manera: Nuestro Abuelo Fuego, Tatewarí, está colocado a la izquierda de su flecha votiva enterrada en el centro superior del anillo que envuelve a Tatéi ‘Atsinari. Él es el prototipo de chamán y es el que traza el camino del chamán. Tiene un círculo, nierika, conectado a su cabeza, que simboliza su capacidad de ver más allá de las apariencias. Un nierika está colocado a la izquierda de su flecha y otro a la derecha. Tiene dos astas de venado invertidas y marcadas en la parte superior de su cráneo. El personaje a la derecha de la flecha es Nuestro Bisabuelo Cola de Venado, Tatutsima Maxa kwaxí. Es el antepasado de Tamatsí Kauyumarie, Nuestro Hermano Mayor Venadito del Sol (cabeza de venado al centro superior), quien transmite los mensajes de Nuestros Antepasados en los cuatro puntos de la periferia, a Nuestras Madres y al Cielo. Continuando hacia la derecha en el anillo encontramos a Tsakaimuka, el Sol Poniente. Es visto de perfil con astas de venado en la cabeza, ligado a un takuatsi. Enseguida continúa Tatutsí Tawikuni, Nuestra Bisabuela Pecho Partido, con dos serpientes saliendo de sus cachetes. Su pecho labrado es el repositorio de cuevas sagradas en las montañas y serpientes de agua que fluyen en perpetuidad del área. Tatéi ‘Utianaka, Nuestra Madre de la Tierra, de los Ríos y de los Peces se representa con un grano en su pecho y elotes como brazos, mientras que de su cabeza salen pelos de maíz. La flecha votiva detrás de ella se encuentra en la orilla inferior del anillo de donde se comunica con la cabeza de venado que simboliza Nuestro Hermano Mayor Venadito del Sol en esta orilla exterior del cuadro. Tuamuxawi, el primer agricultor de los campos del inframundo está detrás de ella. Su habilidad para trabajar en el campo es simbolizada por cuatro serpientes que brotan de su cabeza y de su cuerpo, mientras que una flor denota su capacidad para engendrar la vida, y sus lágrimas indican el esfuerzo que dedica a su labor. 

Los más esotéricos de Nuestros Antepasados son representados enseguida: Nuestra Bisabuela Oracular (quien adivina el diluvio con sus largas orejas), Takutsi Nakawé, representa la abundancia y guarda las semillas en sus senos. El último antepasado es Nuestro Bisabuelo Hecho Por Si Mismo Sabiéndolo Todo, Tatutsí Xuweri Timaiwe’eme. Éste es representado con dos corazones suspendidos de sus brazos; mudo transmite su memoria de la vida (una flor amarilla) a través de una abeja a Nuestro Abuelo Fuego, Tatewarí, a quien describimos al inicio en el centro superior del anillo. Nuestro Hermano Mayor Venadito del Sol, Kauyumarie, es el intermediario del Fuego, con el chamán y las palabras de Nuestras Madres del mundo donde vivimos en el presente: la Tierra Fértil, las Aguas y el Cielo. Kauyumarie bendice el primer cerro de la tierra donde aparecen los primeros Antepasados, y ofrece la sangre de Nuestro Hermano Mayor Venado Azul, Tamatsí Maxa Yuawi, representado como un venado blanco con cola azul (en la parte superior derecha). El espíritu que es Kauyumarie es transmitido a la flecha del cerro y luego a Nuestro Bisabuelo Cola de Venado en el anillo inferior. El primer lago del mundo que se seca después del diluvio apareció en el Sur que previamente estaba hundido en la oscuridad. Mientras tanto, el sacrificio del Venado Azul trae el nierika, y Nuestra Madre Lluvia del Sur ve su fuerza tranquilizada por aquella de Nuestro Hermano Mayor el Viento (con sus astas en la cabeza y alas debajo de sus brazos).

La siguiente sección encima de la corteza terrestre es separada por la figura de Tatéi Yurienaka, Nuestra Madre Tierra Fértil, representada por una gran cabeza (en la orilla derecha del cuadro) con dos pares de alas extendidas. Del centro de su cabeza sale un arroyo que se dirige hacia el sur y de allí también al oriente, la región verde en la derecha inferior del cuadro. En el Oriente, Nuestra Madre Peyote, Tatéi Hikuri, aparece como una mujer invertida debajo de Tatéi Yurienaka. El peyote es representado con dos flechas sobre una cabeza redonda y negra con cinco puntos rojos. Éste es sacrificado como Nuestro Hermano Mayor, y así se transforma en nuestro alimento espiritual, con sus astas, sus plumas y sus visiones. Envía las palabras de Nuestros Antepasados a través del viento y de las serpientes amarradas a su bastón. Un tlacuache es también representado aquí, a un lado de Nuestro Abuelo Fuego; este último está en contacto con un nierika, que es la contraparte de Tamatsí Kauyumarie al otro lado del cuadro. La sección azul corresponde al norte de la tierra, donde Nuestro Padre Sol, Tayeu, con dos astas en la cabeza, se renueva frente a Nuestro Abuelo Fuego y Nuestro Hermano Mayor Kauyumarie, antes del alba. Una de las serpientes representa la puesta del sol y la otra su salida. El pájaro en la izquierda inferior es un cenzontle, kuukawimari, que hace contacto con las palabras que Nuestro Padre transporta en las canastas de chamán del Oriente cuando ilumina el Cielo. Encima del cenzontle se encuentra Nuestra Madre Alma Rosada, quien nutre el maíz con la humedad del alba; es retratada llevando dos elotes, uno de su cabeza y el otro de su mano como si fueran cascabeles. 

Cuando la cosecha está lista, el ritual se prepara en un gran tazón o jícara donde se vierte el atole crudo. Según el ritual de Nuestra Bisabuela Oracular, se sacrifica un pecarí. Es representada aquí con un bastón con astas de venado con las cuales recorre la superficie del mundo hasta encontrarse con Nuestra Madre Tierra Fértil. Arriba a la izquierda, Nuestra Bisabuela se encuentra a un lado de Watákame, el primer agricultor en el Mundo Nuevo, el equivalente de Tuamuxawi en el mundo primordial. Las lluvias deben de parar después de la cosecha. La serpiente del Occidente, a la derecha superior del cuadro, representa Tatéi Ni‘ariwame, quien contiene las aguas reunidas después de las lluvias y relámpagos en sus vientre, como un pequeño ser vivo. 
 
 

Explicación y traducción por Juan Negrín según la grabación con José Benítez Sánchez.
Fotografía y texto ©Juan Negrín 1974 -2024, Derechos digital e empresa reservados.

Año de creación
1980
Pertenece a la colección
Material del objeto
Materiales y técnica
Plywood, Cera de Campeche (beeswas), and wool yarn
Dimensiones
Anchura
1.22m.
Altura
1.22m.
Profundidad
0.01m.