Sitios Sagrados por Juan Negrín
Los huicholes hablan de su religión en español diciendo que siguen "el" costumbre, o sea que se abren un camino para seguir una tradición propia, yeiyari. Esta palabra deriva del verbo 'yeiya', ir, caminar, recorrer, y de la palabra 'iyari', el corazón que va agarrando forma y refleja toda clase de memorias al rastrear un camino marcado por las huellas de nuestros antepasados colectivos. Al agregar el prefijo 'ta', especifican que se trata de una tradición que consideran 'nuestra', tayeiyari, cuando siguen el camino trazado por los ritos en los que participan y expresado en los cantos con los que evocan a 'nuestros antepasados'. La religión afecta nuestro desarrollo a partir de nuestro lugar de nacimiento, tanuiwari, por nuestros compromisos familiares ligados al lugar donde nos formamos bajo los principios de guías espirituales consolidados en seres humanos de ambos sexos, muertos y vivos, cuya presencia se manifiesta en piedras de cuarzo, teiwárite, conservadas en adoratorios familiares, xirikite y en otros lugares donde dejan una marca para el reconocimiento de toda lo comunidad. Así se forja nuestra vida espiritual, tatukari, a este nivel. Este conocimiento espiritual es transmitido a través de ancianos familiares que lo imparten en rancherías, kiekárite, pertenecientes a centros ceremoniales, tukite, (tukipa, sing.) de diferentes regiones dentro de tres comunidades nucleares del municipio de Mezquitic, Jalisco. Jóvenes y adultos de estas rancherías pueden ser seleccionados para servir cargos de cinco o más años, en el centro ceremonial, tukipa, de su región comunal. Ahí colaboran como agricultores, peregrinos, y cazadores a nivel macro-familiar, para adiestrarse en tatukari.
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