Región wixárika, la invasión de los señores de la amapola

La amapola ha venido a trastocar la tranquilidad de la sierra. Agustin del Castillo

La amapola ha venido a trastocar la tranquilidad de la sierra. Agustin del Castillo

Zeferino, un maestro rural en la región wixárika, regresó hace dos años de un exilio voluntario a los llanos de Xapat+a Tierra Blanca, una superficie intermontana cercana a San Juan Peyotán, que ayudó a rescatar para la comunidad indígena de San Andrés Cohamiata (Tatei-kie), dos décadas atrás. En vez de un potrero lleno de bovinos, vio un campo verde tapizado con los hermosos bulbos morados de la amapola o adormidera, Papaver somniferum, la codiciada flor del potente alcaloide del que se sintetizan la morfina y la heroína. "...entonces me senté a llorar". "En este lugar me tocó estar en la línea de fuego de la lucha desde 1990, las tierras comunales estaban en manos de ganaderos mestizos que habían sido tolerados por arrendamientos de los comuneros; así, cada año llegaban unas 500 cabezas de ganado. Me separé y regresé cuando vi estos campos floridos con opio; dice el dicho que nadie sabe para quién trabaja...". El maestro (cuyo nombre verdadero se omite por seguridad) es pesimista: las tres comunidades de la región Wixárika de Jalisco están sitiadas por los intereses de los narcoproductores, lo que los pone en situación de alta precariedad por tratarse de una zona accidentada, mal comunicada, y de fronteras porosas. Son los confines de Jalisco, Nayarit, Durango y Zacatecas, territorios históricamente olvidados y que hoy conforman un corredor de cultivos y trasiego de enervantes de bandas rivales, como los cárteles de la familia Beltrán Leyva y de Sinaloa, enfrentados a la prodigiosa expansión del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Sigue el enlace abajo para leer el artículo completo y ver más fotos....

Not specified